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El maestro no soñaba con ser bombero o piloto, mucho menos profesor de Matemáticas; su anhelo era ser un profesional de Tae Kwon Do o maestro de Kung Fu.

También había crecido al lado de un basurero en Matamoros, y se convirtió en maestro para así ayudar a los niños a aprender lo suficiente para que pudieran hacer algo con sus vidas.

Sergio Juárez Correa estaba acostumbrado a enseñar la típica clase por cinco años (programa impuesto por el gobierno).

El maestro cambió totalmente su forma de enseñar, y así descubrió las habilidades extraordinarias de Paloma Noyola Bueno.

Empezó a leer libros y a buscar ideas en el internet; se topó con un video sobre el trabajo de Sugata Mitra, un profesor de tecnología educacional en la Universidad de Newcastle en el Reino Unido (la cual aplica la lógica de la era digital, al salón de clase).

El maestro pensaba así: “El conocimiento no es una mercancía que se entrega de maestro a alumno, sino algo que surge de la propia exploración curiosidad alimentada por los estudiantes”.

“Los maestros proveen índices y no respuestas, y luego se hacen a un lado para que los estudiantes puedan aprender por sí mismos y con los demás”.

 

El maestro en su aula de clases acomodó los escritorios de madera maltratadas en grupos pequeños.

“Pero ustedes tienen una cosa que los hace igual de cualquier niño del mundo”, dijo Juárez Correa: “Potencial”.

Miró alrededor de la habitación.” Y a partir de ahora, les dijo: “vamos a utilizar ese potencial para hacer de ustedes los mejores estudiantes de todo el mundo.”

Realizaba actividades relacionas con la vida cotidiana y de acuerdo al contexto en el que se encontraban.

Juárez Correa pasaba las noches viendo videos educativos.

Juárez Correa también trajo algo nuevo a través de Internet. Era la fábula de un burro triste atrapado en el fondo de un pozo que a continuación se presentará:

Un día, un burro cayó en un pozo, Juárez Correa comenzó. No estaba herido, pero no podía salir. El dueño del burro decidió que la bestia edad no valía la pena salvar, y puesto que el pozo estaba seco, él acaba de enterrar a los dos, burro y pozo. Empezó a echar terrones de tierra en el pozo. El burro gritó, pero el hombre siguió en lo suyo. Finalmente, el burro se quedó en silencio. El hombre asumió el animal estaba muerto, por lo que se sorprendió cuando, después de un montón mas de tierra, el burro saltó fuera del pozo. Se había librado de cada puñado de tierra y aumentado el montículo en crecía constantemente hasta que fue capaz de saltar.

Juárez Correa miró a su clase: “Somos como el burro”, dijo.  “Todo lo que se produce en nosotros es una oportunidad para salir bien de donde estamos”.

Era un modelo que hacía hincapié en el trabajo en grupo, la competencia, la creatividad y un entorno dirigido por los estudiantes.

El maestro Motivaba a los niños a que vean  nuevos métodos de enseñanza, esto para que los niños tengan ganas de ir a la escuela; dentro de algunas actividades aplicó el ajedrez.

Los maestros proporcionan claves, no respuestas, y luego se alejan para que ellos mismos se enseñen y aprendan de cada uno. Están creando formas para que los niños descubran sus propios intereses—y en ese proceso estos maestros están desarrollando una generación de genios.

 

REFERENCIAS:

http://codigo52.com/home/cambiar-la-forma-de-ensenar-es-urgente-paloma-un-ejemplo-mexicano/

http://www.redpolitica.mx/estados/sergio-juarez-el-maestro-prodigio-de-la-nina-jobs

 

Sergio Juárez Correa

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